Pequeño descanso [Adam]

Era la hora del recreo y no me apetecía estar rodeado de personas que me preguntasen como me había ido el verano por que estaba cansada de explicarlo así que cuando sonó el timbre salí de clase con rapidez y subí hasta la azotea donde nada mas abrir la puerta respiré hondo, respiré libertad, odiaba estar tantas horas sentada en un mismo lugar sin poder moverme y haciendo que escuchaba y tomaba notas sobre lo que explicaban.

Caminé hasta la barandilla y apoyé mis brazos en ella mirando hacía bajo observando a mis compañeros reunidos en grupos hablando tranquilamente sobre sus vidas adolescentes, lo que habían echo en verano y seguramente inventándose la mitad de las cosas que decían. Yo no había pasado el mejor verano de mi vida…no podía salir de fiesta dejando a mi hermana llorando en la cama desconsoladamente así que eran pocas las noches que había salido de fiesta y en una de esas noches había bebido demasiado y me había despertado desnuda en la cama del profesor Matt con él al lado.

Solté un suspiro mientras echaba la cabeza hacia atrás observando las nubes pasar lentamente ante mis ojos. A veces me gustaría ser una cosa de esas de aspecto blando y ser libre y moverme de un lado para el otro del mundo guiada tan solo por el aire que me moviese… un deseo extraño, si, pero al fin y al cabo un deseo como cualquier otro, ¿no son nuestros deseos la mayoría de veces imposibles?

No giré mi cabeza al escuchar abrirse la puerta pues me daba igual quien hubiese entrado, ese era un momento de soledad, donde quería disfrutar del silencio que se escuchaba allí arriba en la azotea pero las pisadas de la persona me fastidio mi momento y cuando se colocó a unos metros de mi giré mi cabeza para ver quien era y rodé los ojos al ver que parecia ser un profesor, aunque debía ser nuevo ya que el año pasado no estaba. No tenía a todos los profesores, como era lógico. pero los conocia a todos de vista y mas de uno me había dado una larga y pesada charla sobre eso de llegar con resaca a clase aunque eso no era mi culpa...¿como se les ocurria ponernos 5 días de clase y solo 2 de fiesta? Era de tontos, deberían ser 4 de fiesta y 3 de clase, seguro que todo el mundo iría con mejor ánimo si solo fuesen tres días de clase.

-¿De que vas a dar clase?-Le pregunté finalmente mientras giraba mi cuerpo para poder mirárle mejor.-

Tenía curiosidad por saber que clase iba a dar ese hombre de aparencia misteriosa y que tenía magulladuras en la mejilla, ¿se baría metido en alguna pelea o se habría caido por la sescaleras? Seguramente era la segunda opción y no pude evitar que una sonrisa curvara mis labios al imaginarme a ese hombre caer por las escaleras rodando, si, era cruel reírme de eso pero ¿quien no se reiria?

Seguía con mi cuerpo girado hacia él cuando escuché su dudosa explicación. Si no era un profesor, ¿que narices hacia allí? Tal vez era el hermano mayor de algún alumno que venía a hablar con el director por que su hermanito se había metido en un lío pero no podía ser ya que yo me enteraba de todos los líos que había en el instituto y en mas de la mitad estaba yo involucrada aunque siempre era accidentalmente, yo no buscaba problemas, ellos me buscaban a mi y me solian encontrar.

-Bueno...si eres un pirómano que viene a quemar el instituto yo te ayudo.-Le comenté bromeando mientras colocaba un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.-

¿Quien no había soñado alguna vez con que el instituto se quemase? Aunque solo fuese un poco, aunque tan solo tardasen una semana en arreglarlo todo para que pudiesemos volver a las clases pero ya era una semana de fiesta sin hacer nada. A quien se le dijese que no llevábamos ni una semana de clase y ya estaba pensando en una semana de fiesta...

El aire soplaba sin mucha fuerza pero aún así era frío por lo que me abroché la cremallera de la chaqueta metiendo las manos en los bolsillos mientras un escalofrio me recorría. Los mechones de mi pelo bailabanal ritmo de los soplidos del aire pero no me importaba, antes de volver a clase me pasaría por el baño para peinarme, no era muy coqueta pero de esa forma perdería clase.

No pude mostrar mi asombro al escuchar que era un detective y una divertida sonrisa curvó mis labios. ¿Que narices hacia un detective en el instituto? Pensé que tal vez estaba allí por un tema de drogas aunque me parecía demasiado pronto para ello...siempre había algún día en el que llegabas y te encontrabas de pronto con unos policias que rebuscaban en tu taquilla y por mucho que tu gritases que atentaban contra tu privacidad y un montón de cosas más el director era listo y un par de días antes se encargaba de llamar a los padres para que les diesen su autorización y todos teníamos que aguantárnos mientras veíamos como sacaban las cosas de las taquillas y hasta algunos eran expulsados por guardar demasiado contenido ahí dentro.

-¿Detective? Venga, ¿en serio? entonces supongo que los golpes de la mejilla no son de haberte caído rodando por la sescaleras...vaya, yo que ya me había echo la imagen de verte rodando por las escaleras igual que en las películas...-Comenté en tono burlón sin que mi sonrisa desapareciese.-

Saqué una de mis manos del bolsillo de la chaqueta con un mechero el cual empecé a abrir y cerrar haciendo que apareciese y desapareciese una pequeña llama que me quedaba mirando como hipnotizaba. Varias personas me habían dicho que era una pirómana por andar todo el día con mi mechero en la mano encendiéndolo una vez tras otra hasta que me cansaba y la guardaba, esa era la razón por las que tenía algunas quemaduras en las manos.

Cuando escuché el nombre que pronunciaba sonreí divertida mas que nada por que mi padre me había amenazado una vez con hacer que uno de los detectives de esa agencia me siguiera para ver que hacía las noches que no aparecía por casa, si me drogaba o me acostaba con alguien aunque para eso no hacia falta ningún detective, él lo sabia muy bien lo que pasa es que no quería aceptarlo. Había perdido la cuenta de las veces que mi padre me había tenido que aguantar con resacas, o las veces que me había preguntado que me había pasado en el cuello cuando era evidente que era un chupetón...ya se sabe, ojos que no ven corazón que no siente.

-Claro señor detective.-Dije con voz burlona mientras acercaba el mechero a su cigarro encendiéndolo.-

Soplé hacia la llama que se apagó con rapidez y me guardé de nuevo el mechero en el bolsillo para después pasarme la mano por el pelo de manera despreocupada. Decidí sentarme en el suelo apoyando la espalda y la cabeza en la pared mirando hacia arriba para poder ver al hombre que decía ser detective y sonreí divertida al imaginármelo en una pelea, yo era de lastípicas que se acercaban a mirar y a gritar que le diese mas fuerte.

-Y dime...¿que hace un Detective en el instituto?