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Bridget du Beut
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Bridget du Beut
por Bridget Du Beut Lun Ene 25, 2010 12:42 am
Nombre Completo: Bridget du Beut.
Edad: 24 años.
Lugar de Origen: Toulouse, Francia.
Actividad: Profesora de Lengua y Literatura.
Orientación Sexual: Heterosexual.
Descripción Física: A pesar de haber pasado la adolescendia hace mucho tiempo el cuerpo de Bridget sigue casi en el mismo peso que cuando tenía cinco años. Los rumores de que sufra anorexia aumentan cuando se sube a una báscula y se da cuenta de que las costillas se le marcan más que de costumbre y, pese a todo, se encuentra gorda y fofa. Sus facciones son exóticas y bastante camaleónicas formadas por una mandíbula bastante marcada a la que sigue una extraña nariz que parece desacorde con sus pequeños y oscuros ojos de gigantescas pestañas. Bridget tiende a disimular su rostro enmarcándolo con moños rápidos e informales de los que desprende varios mechones que hacen de flequillo o suelta su melena castaña hasta los hombros, que es donde termina.
Descripción Psicológica: El carácter de Bridget está lleno de incógnitas y espacios en blanco difíciles de rellenar para la mayoría de la gente que suele rodearla. No le gusta especular sobre las personas ni que las personas especulen sobre ella, prefiere alejarse de las críticas y comentarios para sonreir en sustitución a muchas cosas; cuando tiene que llorar, sonríe. Cuando no sabe que decir, sonríe. Cuando le dan ganas de insultar a alguien por cualquier estupidez, sonríe. Por lo tanto nadie ha conseguido descifrar el verdadero significado ni de la sonrisa ni de los sentimientos de Bridget. En un primer vistazo a su forma de comportarse podemos apreciar un matiz vanguardista, original y despreocupado que te inspira vitalidad por la simple razón de que lo que ves es lo que Bridget quiere que veas. Es de ideas claras y palabras firmes a parte de una mujer que trata a las personas por lo que son y no por el dinero que tengan, donde vivan o como se llamen.
Historia: A Bridget la vitalidad le viene de familia. Sus padres tenían trabajos importantes que no les costaban demasiado esfuerzo y con los cuales podían disfrutar de un nivel económico bastante bueno sin necesidad de perder los lazos afectivos. Siempre tuvo lo que quiso cuando lo quiso y no por eso se convirtió en una niña caprichosa o acomodada, prefería tirar hacia lo simple y práctico que a lo pomposo pero inservible. Era el tipo de persona que los políticos dicen ser para conseguir votos y que después se van al garete, pero Bridget no aspiraba a ser presidenta o alcaldesa de ningún país, ciudad o nación. Quería ser profesora. Desde pequeña le gustaron los niños, se le dieron bien los estudios y las explicaciones y la mayoría de las veces disfrutaba escribiendo pequeñas historias en las que se imaginaba mil y una maneras de solucionar los problemas que atacaban al mundo en el que vivía. En realidad desde pequeña siempre tuvo una órbita personal a la que acudir cuando tenía ganas de llorar, patalear o cabrearse con el mundo entero por cualquier estúpida razón que se le escapaba a la inteligencia que desde muy pequeña poseyó.
Perdió a su madre a los nueve años, el cáncer la carcomía por dentro y en cuestión de dos meses, quizás tres, su corazón dejó de latir. Ella lo pasó peor de su padre, que ya lo veía venir desde hacía mucho tiempo y fue el único de la familia que supo afrontarlo con objetividad: era mejor verla muerta que moribunda. Desde entonces Bridget siempre se apoyó en su padre, un hombre dedicado tanto a su trabajo como a su familia que no conoció a ninguna mujer más que a la madre de la ya no tan pequeña Bridget.
Sólo unos años más tarde las malas influencias hicieron meya en la aún no bien forjada personalidad de la muchacha, sus aspiraciones dieron un vuelco y ahora se centraba en fumar, beber y vomitar todo lo sólido que entraba por su boca para volver a salir de la misma horas después. Exacto, se volvió bulímica y eso no hizo otra cosa que conseguir que el cuerpo de Bridget llegase a la anorexia. Su padre, ya mayor, no podía hacerse cargo de ella puesto que estaba en plena jubilación y en silla de ruedas por la debilidad de sus piernas, que habían caminado lo suficiente y más. Decidió enviarla a un internado y allí es donde pasó el resto de su adolescencia hasta, finalmente, graduarse y empezar a estudiar la carrera que siempre había soñado: Magisterio. Desde los dieciocho hasta los veinticuatro años no pasaron cosas demasiado salientables en su vida, podría decirse que siempre fue bastante común y "pintada de rosa". Pero, por suerte, la desgracia no la comparten todos y Bridget está de acuerdo en eso.
Edad: 24 años.
Lugar de Origen: Toulouse, Francia.
Actividad: Profesora de Lengua y Literatura.
Orientación Sexual: Heterosexual.
Descripción Física: A pesar de haber pasado la adolescendia hace mucho tiempo el cuerpo de Bridget sigue casi en el mismo peso que cuando tenía cinco años. Los rumores de que sufra anorexia aumentan cuando se sube a una báscula y se da cuenta de que las costillas se le marcan más que de costumbre y, pese a todo, se encuentra gorda y fofa. Sus facciones son exóticas y bastante camaleónicas formadas por una mandíbula bastante marcada a la que sigue una extraña nariz que parece desacorde con sus pequeños y oscuros ojos de gigantescas pestañas. Bridget tiende a disimular su rostro enmarcándolo con moños rápidos e informales de los que desprende varios mechones que hacen de flequillo o suelta su melena castaña hasta los hombros, que es donde termina.
Descripción Psicológica: El carácter de Bridget está lleno de incógnitas y espacios en blanco difíciles de rellenar para la mayoría de la gente que suele rodearla. No le gusta especular sobre las personas ni que las personas especulen sobre ella, prefiere alejarse de las críticas y comentarios para sonreir en sustitución a muchas cosas; cuando tiene que llorar, sonríe. Cuando no sabe que decir, sonríe. Cuando le dan ganas de insultar a alguien por cualquier estupidez, sonríe. Por lo tanto nadie ha conseguido descifrar el verdadero significado ni de la sonrisa ni de los sentimientos de Bridget. En un primer vistazo a su forma de comportarse podemos apreciar un matiz vanguardista, original y despreocupado que te inspira vitalidad por la simple razón de que lo que ves es lo que Bridget quiere que veas. Es de ideas claras y palabras firmes a parte de una mujer que trata a las personas por lo que son y no por el dinero que tengan, donde vivan o como se llamen.
Historia: A Bridget la vitalidad le viene de familia. Sus padres tenían trabajos importantes que no les costaban demasiado esfuerzo y con los cuales podían disfrutar de un nivel económico bastante bueno sin necesidad de perder los lazos afectivos. Siempre tuvo lo que quiso cuando lo quiso y no por eso se convirtió en una niña caprichosa o acomodada, prefería tirar hacia lo simple y práctico que a lo pomposo pero inservible. Era el tipo de persona que los políticos dicen ser para conseguir votos y que después se van al garete, pero Bridget no aspiraba a ser presidenta o alcaldesa de ningún país, ciudad o nación. Quería ser profesora. Desde pequeña le gustaron los niños, se le dieron bien los estudios y las explicaciones y la mayoría de las veces disfrutaba escribiendo pequeñas historias en las que se imaginaba mil y una maneras de solucionar los problemas que atacaban al mundo en el que vivía. En realidad desde pequeña siempre tuvo una órbita personal a la que acudir cuando tenía ganas de llorar, patalear o cabrearse con el mundo entero por cualquier estúpida razón que se le escapaba a la inteligencia que desde muy pequeña poseyó.
Perdió a su madre a los nueve años, el cáncer la carcomía por dentro y en cuestión de dos meses, quizás tres, su corazón dejó de latir. Ella lo pasó peor de su padre, que ya lo veía venir desde hacía mucho tiempo y fue el único de la familia que supo afrontarlo con objetividad: era mejor verla muerta que moribunda. Desde entonces Bridget siempre se apoyó en su padre, un hombre dedicado tanto a su trabajo como a su familia que no conoció a ninguna mujer más que a la madre de la ya no tan pequeña Bridget.
Sólo unos años más tarde las malas influencias hicieron meya en la aún no bien forjada personalidad de la muchacha, sus aspiraciones dieron un vuelco y ahora se centraba en fumar, beber y vomitar todo lo sólido que entraba por su boca para volver a salir de la misma horas después. Exacto, se volvió bulímica y eso no hizo otra cosa que conseguir que el cuerpo de Bridget llegase a la anorexia. Su padre, ya mayor, no podía hacerse cargo de ella puesto que estaba en plena jubilación y en silla de ruedas por la debilidad de sus piernas, que habían caminado lo suficiente y más. Decidió enviarla a un internado y allí es donde pasó el resto de su adolescencia hasta, finalmente, graduarse y empezar a estudiar la carrera que siempre había soñado: Magisterio. Desde los dieciocho hasta los veinticuatro años no pasaron cosas demasiado salientables en su vida, podría decirse que siempre fue bastante común y "pintada de rosa". Pero, por suerte, la desgracia no la comparten todos y Bridget está de acuerdo en eso.
Bridget Du Beut- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 24/01/2010
Kayla Marshall- Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 23/01/2010
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